miércoles, 10 de junio de 2009

Vagabundo



Una mañana fría en Buenos Aires, en la radio anuncian ocho grados y seis de sensación térmica.
El joven encapuchado y encorvado camina con mucha dificultad por Avenida Corrientes, dobla en Callao y con un esfuerzo sobrehumano logra sentarse sobre una pila de papeles. Se sienta sobre sus pertenencias, ese es su living. Cierra sus ojos, logra dormirse, permanece así por unos cinco minutos hasta que el diarero le pide que se vaya, tiene que colgar unas revistas.
El joven se levanta despacio, el diarero lo mira, le hace señas para que se apure pero le cuesta, le cuesta tanto.
Una silla por un joven indigente, la ciudad también tiene su propia economía.

1 comentario:

  1. Cualquiera diría, a partir de tus dos últimos posts, que la disponibilidad y distribución de las sillas es fundamental para entender el funcionamiento social de nuestra Baires.



    Habilitaste las propagandas, hum.

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