Desde adentro del cubículo de vidrio lo observa, un joven se dirige a una computadora y después a la cabina: "Estoy interesado, decíme maestro ¿está bien de papeles? ¿y el motor? ¿cómo anda?".
La música de espera del que mira resulta un tanto ensordecedora, Todos los operadores se encuentran ocupados, aguarde, en instantes será atendido.
Como en la Boca, andamos mirando. Desde adentro del teatro de la Ribera hablan como, se dicen, esperan. Construyéndose en minutos de vida que en la charla se detienen, el río. El silencio mortífero de los ausentes, el río.
Desde adentro hacia afuera observa y saca la foto en el absurdo ejercicio de detención. Volverá a La Boca, ingresará al teatro y serán otros ahogados gritos los que reclamarán su voz.