
Sobre los bulevares de la Avenida 9 de Julio se paran los turistas y apuntan sus cámaras hacia el colosal monumento.
¿Pero qué pasa con la otra cara, el reverso? ¿Se puede sacar una foto dándole la espalda? Se ve el mismo paisaje ininterrumpido, la mirada no puede evitar darse vuelta, busca la presencia, no soporta la ausencia.
El Obelisco es un signo de puntuación cultural, una marca de la ciudad que limita la infinitud de la mirada.