domingo, 26 de julio de 2015

Viajes



La madera golpeando contra el asiento
en cada salto, en cada frenada.
La mujer
juega al solitario en el celular.
Entre las piernas, la guitarra.
Sé de tus manos sosteniéndola
reconozco tu mirada preocupada
ante cada movimiento brusco.
Creo oír tus quejas
acompañadas por la toda la fuerza para
sostenerla.
Sin embargo, ahora veo nuevamente a la mujer
lo que veo me habla más de ella
que de su guitarra.

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