lunes, 9 de julio de 2012

Terapia

De los múltiples cables no hay uno solo que te una a mí. Trato de desistir de mi inmovilidad inicial, trato de desdoblar mi cuerpo de la escena. Al lado tuyo a la señora la abrazan y le dicen que se despierte, que vuelva, que la están esperando. 

En la sala de espera me ataca una señora, me comenta que la que estaba recién sentada al lado nuestro bailaba el twist: "Ella y el novio, no sabés cómo bailaban, una maravilla. Después se casó con otro, no con ese. Y enviudó muy joven pero ya estaba separada eh, antes de enviudar. Y mi hija, un desastre, diecisiete años de su vida desperdiciados, él muy celoso, hijo de italianos, le metió los cuernos y estuvo tres años con la división de bienes. Ella tenía una finca a nombre de ella y todo pero él se la vendió y se quedó con toda la plata. Pero yo que soy muy frontal, soy de no callarme nada ¿viste? Yo lo agarré y le dije a él en la cara, que cómo había hecho todo eso. ¿Y cómo se llamaba el otro? El que estuvo casado con la que después se hizo homosexual. Lugano del lado de Capital, yo la acompañé a Lily varias veces".

La que bailaba el twist le pide que entre, que la madre la quiere ver.

Una familia charla en voz alta.

—Pero mi mamá tuvo uno negro, Labrador no, Caniche, no Labrador.
—El mío es color azabache, se la pasaba haciendo lío, todo el tiempo ladrando, no lo podíamos calmar. 
—El mío no se calmó, a los diez años despareció pero él era Labrador, no de los petisos gordos. Tres veces lo encontramos, la última ya no.

La que hablaba conmigo sale diciendo que no la había reconocido, que recorrió la sala mirando los pacientes hasta que escuchó que le decían "Vení, acá estoy Valentinaaaa". La que hablaba conmigo, Valentina, le habla sin parar al marido, le explica que estaba más rubia, que por eso la reconoció. El marido permanece callado. Valentina se levanta para hablar con otra parienta, el marido le pide que se quede ahí. 


La ciudad se me escapa, la atravieso a las corridas pensando en las escenas hospitalarias. Estoy cansada, tengo sueño y respiro. Pienso en el pecho que se te infla, en la mecanicidad de los movimientos. Respiro. 


  

5 comentarios:

  1. Hola Virginia:

    No voy a repetir lo que ya te vengo diciendo.

    Algo nuevo: me da la impresión que solamente los que te venimos siguiendo, crónica tras crónica, pueden ver la sintonía que tienen los textos.

    Leíste "Monólogos rabiosos"?
    Algo de eso tiene ésto.

    (El edificio, no sé cual es. Está tomada la foto de dónde? del tren?).

    Saludos.

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  2. D. Me meto en la conversación, ese gigante plagado de penurias parece el Posadas, será?
    El texto me pareció muy bueno, transporta a su interior y permite salir a las corridas, llevando las escenas hospitalarias.
    Un beso.

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    Respuestas
    1. Si, parece.
      Estará tomada del tren o de la Autopista?
      Sé que es un detalle mínimo, dentro de la historia, pero me intrigó vaya a saber porqué.
      Saludos.

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  3. Hola si si, efectivamente es el hospital Posadas y saqué la foto desde un edificio con trípode por eso salió tan nítida. La autopista del oeste pasa justo delante del hospital.

    No leí "Monólogos rabiosos" Daniel pero ya me lo pongo a buscar. Muchas gracias a ambos, han sido semanas muy duras pero de a poco vamos saliendo adelante.

    Saludos

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  4. Ánimos, parece que son semanas duras para más de uno. Ojalá todo mejore. Besos.

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