domingo, 28 de agosto de 2011
Maestro
lunes, 22 de agosto de 2011
NN

martes, 16 de agosto de 2011
Duelo
viernes, 12 de agosto de 2011
La Richmond
Reemplazarán las luminarias antiquísimas, la atmósfera suavizada con tonos ocre por esa luz tan impersonal de tubo. Y adiós demarcación espacial, minimalismo brillante con estantes de plástico. ¿Y el olor a café? se irá a cambio de zapatillas y vestimenta último modelo a precio dólar para los turistas que desfilan por la calle Florida.
La empresa se agazapará para devorarlo todo con la promesa de mantener la fachada intacta. Como la casa de comidas rápidas, dejaron la construcción exterior pero adentro todo fue correctamente estandarizado, homogeneizado.
Las estrías de la ciudad, las marcas que la madera se resiste a repeler. Opacidad de una visión que avanza dificultosamente, que encuentra en cada objeto una narración inconclusa contra un consumo instantáneo del veo-llevo-compro.
Ayer te declararon sitio histórico y hoy empiezo a temer un poco menos. Pienso en la confitería El Molino, mi insistencia en asomarme por la puerta entreabierta, la dominante de grises y los innumerables anuncios de salvataje. Pero día a día las puertas tapiadas, la suciedad de las paredes y la imposibilidad de recuperar lo que desconozco, esas antiguas voces silenciadas en una violenta omisión.
El lunes cuando pasé delante tuyo me quedé inmóvil, cambié de bar, traté de olvidarme, te reemplacé rápidamente.
Sin embargo persiste en mí cierta nostalgia.
No me gusta hablar tanto en primera persona pero es la primera persona la que se apoderó de mí para decirme lo importante que sos. Ya comienzo a extrañarte.