lunes, 22 de agosto de 2011

NN


"Ya intenté mirar bien de cerca el rostro
de una persona -una boletera de cine-.
Para conocer el secreto de su vida. Es inútil.
La otra persona es siempre un enigma.
Y sus ojos son de estatua: ciegos."

Prólogo de Via crucis del cuerpo
Clarice Lispector


Tanteaba sus últimos minutos, hacía equilibrio en la densa noche de su vida. Un amigo de la infancia caminaba a su lado cuando ingresaron al vagón. Esta vez no tardaron casi nada en darles el asiento pero llegando a Miserere se sintió mal, una puntada fría, honda, que podría distinguir perfectamente, el lugar preciso que le quitaba el aliento y un intento desesperado por oxigenarse. Cayó al piso y su amigo escuchaba los gritos de la gente: se desmayó, debe ser que le bajó la presión, paren, paren y demás exclamaciones protocolares. Los gritos se fueron incrementando, después silencio.

En Twitter advertían que la línea A no funcionaba:

"no arranca mas el subte!! El hombre se murió!!"

"Fuck! Murió la línea A de subte! Voy a probar la C"

"Se murio un tipo en Linea A (Pza Miserere)"





Los pasajeros del tren Sarmiento se acercaron para mirar el lugar del deceso. Peritos, policías, fotos. El amigo de la infancia permanecía inmóvil con su bastón blanco recibiendo el consuelo de la guarda. Un policía agarró una mochila con los guantes de látex y comenzó a sacar las pertenencias: una billetera, otro bastón blanco y unos pañuelos descartables. Los ojos de los pasajeros asistían a la escena tratando de dilucidar lo que había pasado, todo era luz, pura imagen que los absorbía al punto de que no se dieron cuenta de que llegaba el tren.

Una chica le vio la cara, el cuerpo inerte tapado con una bolsa blanca se la había revelado con toda su crudeza. Pudoroso, anónimo, reclamaba una muerte menos espectacular, las circunstancias lo habían depositado ahí, en medio del vagón con toda esa gente a su alrededor. Salvo su amigo.

Esa cara, pálida, los ojos cerrados, la rigidez. La manifestación de un cuerpo en rebeldía, terrorífica. Una revelación que los había vuelto a todos unos perfectos desconocidos.

5 comentarios:

  1. shhh no quiero interrumpir pero me pregunto...

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  2. Uf, cuanta muerte por buenos aires, ultimamente!

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  3. la muerte como un acontecimiento más de la misma vida. ¿Se tratará de un cambio de acto?

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  4. SAL: Si, la verdad. Yo encima pensé que era paro otra vez pero me tocó verlo en persona.

    Rossina: Me gustó, así es, cambio de acto.

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