jueves, 9 de junio de 2011

Sentir se escucha

"Más allá de la oreja existe un sonido,
en el extremo de la mirada un aspecto,
en las puntas de los dedos un objeto:
es allí donde voy."
Clarice Lispector Es allí donde voy


No se cansa de mirar el techo, la Casa de Rusia tiene una construcción muy particular que se expresa en molduras, arabescos, intersticios ocultos.

La música los atraviesa, algunos tímidos pies se movilizan siguiendo el ritmo. Y Carmela llora al oír una pieza de la suite española de Sergei Rachmanioff. Para Carmela es España, ninguna suite, es España con Pedro, Pedro diciéndole que se venga, que algún día la va a venir a buscar. Carmela llora en la casa de Rusia de Buenos Aires pero llora en España, llora Pedro, las rías gallegas, se llora toda entera.

Cuando camine por las calles de la ciudad se habrá olvidado de las lágrimas, recomenzará la rutina de abrir la puerta y sentarse en el sillón. Le dolerá la espera, se quedará inmóvil unas horas y con el ruido de sus pasos sobre el parqué de madera recordará que nunca se fue.



2 comentarios:

  1. Lindas (y tristes) las imágenes de esta entrada. Me gusta mucho eso de salir a la calle y que las lágrimas queden olvidadas (o en suspenso).

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  2. SAL: Gracias por pasar y por el comentario, está buenísimo de ver lo que otros leen en lo que uno que escribe. Saludos!

    Laura: Pero claro y aparecen otros nuevos mundos, con kilos de sonrisas.

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