lunes, 25 de abril de 2011

Funerales


Voy a escribir, algún día, te dije que sí.

En ese cubículo a pocas cuadras de la plaza Congreso se emplaza tu segundo hogar. Como cuando eras chicas y te abriste la cabeza, te decían que no pero seguiste dando vueltas carnero. Ahí tenés, te lastimaste y directo a que te suturen la cabeza en el hospital.

Pero el cubículo te queda un poco más lejos y escuchás a diario diálogos unidireccionales específicamente diseñados para causarte más heridas. Nunca vas a hacer nada bien y no-servís-para-nada, no te preocupes. Los derechos humanos también son esto ¿sabías? por más que agredan los defienden y te piden que los defiendas, defendélos, ya, porque yo también puedo herirte ahora mismo.

El imperativo se transforma en esa nueva forma de comunicación mientras las cucarachas invaden la cocina comiendo restos de ensalada y azúcar. No deberían darte asco, lo sabés.

Afuera la planta llena de cigarrillos se seca y vos te olvidás de regarla, se va a morir ¿sabías?



3 comentarios:

  1. Por lo visto, cabezadura; lo que no es nada malo.
    Si, muchas veces nos lastimamos con la blableta.

    Adhiero a los funerales de plantas de departamento u oficina (tengo la teoría que absorben nuestros pensamientos negros).

    Saludos Virginia.

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  2. Cuantas veces dije voy a "casa", cuando debi decir "oficina". Como hacer segundos hogares sin plantas que se mueran, no?

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  3. Crónicas: ¡Gracias por pasar! si jeje cabeza dura (muy)aunque con el tiempo y a los golpes cambié bastante. Un abrazo

    SAL: Y si, pasa, aunque no había notado la forma en que lo denominé, salió con el ritmo de la escritura. Que difícil lograrlo. Saludos!

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