jueves, 12 de noviembre de 2015

Nadadores

Los dos sentados, uno al lado del otro, como casi siempre, juntos. Están en frente al papá que sigue el recorrido por la ventanilla. Los mismos ojos, casi la misma cara, pero separados por un abismo de cinco años. 

El menor mueve los brazos al estilo pecho y la mirada del mayor se desliza en los movimientos. Hace señas de que no, que otra vez... Reitera el movimiento y mueve la cabeza negando, que no es así, es otra cosa que nunca nunca va a entender. Así, así, ¿¿¿ves??? 

Los gestos y movimientos se aceleran. Refunfuña, está a punto de llorar. El resto del viaje permanecerá silencioso observándolo de reojo.  





2 comentarios:

  1. Me encantaron tus textos. Soy periodista y hoy, en una columna que tengo para una radio de Pinamar leí un fragmento de tu post sobre Pichín, el pizzero del Spinetto que también (escribí recién "tanbién" y creo que encaja mejor más allá de las ortografías) conocí. Te mando un beso y decime, por favor, dónde seguís escribiendo.

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    1. ¡Muchas gracias Eduardo!
      Actualmente estoy por publicar las Crónicas en papel. Y podes ver textos que publiqué en la página en Facebook del blog. Buscá Crónicas de Buenos Aires.

      Saludos y muchas gracias

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