viernes, 27 de mayo de 2011

Sabrás que



Tomaba té y esperaba quedarse un par de horas. Desmaterializar el tiempo de lectura, de escritura, VIDA, a oscuras del intento de realidades otras.
No explicar tanto, esto SE escribe, divaga.
La luz gris y los proveedores que entran y salen, hablan, dicen, saludan. La calle Florida es mucho más gris de mañana. El mozo habla con alguien, mucho, intentando ajustar su insatisfacción de la vida.
Insatisfacción. Los espejos interiores apenas pueden reflejar la luz anaranjada, mucho más VIVA que el tubo fluorescente.
El dueño (quizás dueño) habla con acento español, se queja de, intenta acotar la experiencia pero sigue hablando, continúa LA búsqueda.
¿Yo? No busco, son las palabras que me ahogan. El eterno silencio en blanco me asusta, no, no sé si susto. Quizás me salvan, en el silencio de lo que se está construyendo ahora en el bar de la calle Florida.
Otro fracaso, intento de huida, ese sentido absoluto que dice que ahí y ahora SOY. Nada, nunca me fui.

4 comentarios:

  1. La búsqueda del ser es incansable, es permanente y lo peor de todo que cada día se suma un planteamiento. No sé porque en determinados e inesperados momentos empezás a hacerte preguntas extrañas sobre TODO.

    Es inevitable dejarnos envolver por ello, y acostumbrarse a la misma.

    "The eternal mystery of the world is its comprehensibility." -Albert Einstein.

    Saludos!

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  2. ME QUEDE PENSANDO EN LOS COLORES, TAN SUBJETIVOS A VECES DE ACUERDO A NUESTRO TORBELLINO PROPIO E INDIVIDUAL.
    CREO QUE ALGUNOS CUANTOS ELEGIMOS QUE ESTO SE ESCRIBA. ES UN LUGAR EN EL MUNDO Y NO UNA MERA DECISION.

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  3. que buena crónica de un bar de Florida a la mañana... esa luz gris de un cielo inaccesible cortada por el naranja amplificado de los neones, sus personajes. Una vez fui, en primer turno a un cine en Lavalle, misma sensación.

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  4. Morwen: Que lindo comentario, gracias. Y está bueno vivir en ese continuo estado de extrañamiento, tratando de sorprendernos con lo que pasa y nos pasa.

    Rochitas: Yo le presto mucha atención al tema de colores, sobre todo de iluminación quizás por culpa de mis estudios de Cine. Muchos de mis recuerdos están marcados por esa atmósfera lumínica particular. Claro, un lugar en el mundo muy placentero.

    SAL: El bar era en realidad confitería de la Richmond, la foto pertenece a otro bar que me encanta, chiquito, muy retro (pero de los 80 creería) y está sobre 25 de Mayo. Qué lindo los cines, yo extraño el Cineduplex Caballito (ex Lyon).

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