El intruso llegó a la oficina de imprevisto, se balanceó por el escritorio, degustó las sobras del día anterior hasta que lo vieron. Su vida se prolongó unos minutos más gracias a la potencialidad de la imagen, se convirtió en el héroe de la mañana, toda una exepcionalidad que debía ser documentada. Pero mientras era grabado por un celular se escapó y provocó el enojo de algunos compañeros.
Minutos más tarde reaparecería una vez más, pero esta vez bastó que una mano asesina se alzara y lo aplastara, un segundo, un par de pasos hacia a la muerte.
Y nadie piensa en todos esos potenciales asesinos que pululan por las calles, cuántas plagas.
Minutos más tarde reaparecería una vez más, pero esta vez bastó que una mano asesina se alzara y lo aplastara, un segundo, un par de pasos hacia a la muerte.
Y nadie piensa en todos esos potenciales asesinos que pululan por las calles, cuántas plagas.
que destino cruel! encima acabo ahi nomas del raton de la compu
ResponderEliminarV.:
ResponderEliminarLeyendo el último párrafo ya no sé si te referís a la cucarachita inmunda, o resulta una metáfora de lo que tenemos en el "parque humano" hoy en día.
Saludos.
D
Víctimas y victimarios....
ResponderEliminarbesos aplastados
Que buen escrito Besos desde mi
ResponderEliminarSAL: jeje efectivamente
ResponderEliminarCrónicas: Claro, más metafórico el cierre. Un abrazo
Saltar del tren: Gracias por pasar y saludos desde el Sarmiento.
RECOMENZAR: Mucho gusto y gracias por el comentario.