martes, 13 de enero de 2015

Iluminados

Avanzo. A mi derecha los pasos se alejan a un ritmo vertiginoso de tambores. Me gustaría quedarme acá. Yo avanzo a paso lento pero vos me llevás rápido, vos seguís, vos no te detenés. 
Podría preguntarte qué es eso ¿tambores? ¿hay un cajón peruano? ¿están pintados? Podría preguntarte si esos pasos son gente que baila. Me encantaría que me tomes de la cintura y como una marioneta imites en mí los cuerpos. 
No escucho chicos alrededor, pero sé, eso lo recuerdo, que siempre hay alguno que se deja ser en el movimiento ¿cuántos son? 
Mis preguntas se saltean el por qué, mis preguntas necesitan un qué, un cómo, cuánto. Sin embargo prefiero el silencio que a vos tanto te duele. Tanto como mis ojos.